“El Colegio Jenaro Aguirre Elorriaga ubicado en el corazón de Petare es una tacita de plata, donde más de 400 almitas luchan por salir adelante”. Laureano Márquez 

La historia comenzó en 1986 cuando la Madre María Luisa Casar, hermana de la Congregación Esclavas de Cristo Rey, decidió dar clases informales a los niños que deambulaban en las escaleras del Barrio 24 de Marzo. Quería alfabetizarlos e insertarlos en una escuela formal.

Lo que a muchos les pareció una locura, hoy día se ha convertido en un imponente colegio que ya cumple 20 años de fundado, cuya fuerza y motor es el amor.

Una infraestructura de 4 pisos con 3 grados de preescolar y 6 grados de primaria donde cada salón cuenta con una maestra titular y una auxiliar; así como un “aula integral” para nivelar a los niños no escolarizados que necesitan prepararse antes de ingresar al sistema educativo formal.

Gracias a la ayuda de los benefactores que conocen de primera mano la labor que se realiza en el Jenaro Aguirre, la Fundación Madre María Luisa Casar administra un programa de voluntariado, becas y patrocinios para mantener todos los servicios que se necesitan para garantizar el rendimiento escolar.

En el comedor del colegio se sirven diariamente 450 almuerzos que cumplen con estándares internacionales de nutrición. También cuentan con un ambulatorio donde se ofrecen servicios de pediatría, ginecología, odontología y medicina general para toda la comunidad.

La Madre María Luisa Casar siempre insiste en mantener una formación de calidad para sus alumnos. En la Venezuela de hoy, da gusto escuchar cuando los “Pequeños Cantores del Jenaro” entonan voces esperanzadoras bajo la tutela de Luimar Arismendi.

El Jenaro Aguirre Elorriaga ha graduado a quince promociones consecutivas proporcionando a los niños petareños oportunidades para que se conviertan en hombres y mujeres dignos, que sean multiplicadores de bienestar dentro de su entorno.

No pocas son las historias que tocan el corazón. Jóvenes petareños y jenarianos que descubren un mundo de oportunidades y se esfuerzan por convertirse en ciudadanos transformadores.

En nuestro 20 Aniversario con infinita humildad continuamos abriendo caminos entre los bloques de Petare, con la certeza de que la educación es la mejor inversión para construir la Venezuela próspera, de solidaridad, paz y tolerancia con las que todos soñamos.